NO ME QUITES MI HOSPITAL Y LA ESPERA ACTIVA
MANUEL FRÍAS *
La crisis económica irremediablemente ha adormecido la consecución de importantes y necesarios proyectos para Córdoba, uno de los cuales es la reforma del Hospital Reina Sofía; un proyecto anunciado como "aprobado" por la Consejera de Sanidad pero que claramente está bloqueado por la falta de liquidez para acometerlo.
Como muchos sabrán, hace tres años se creó una plataforma ciudadana denominada No Me Quites Mi Hospital, para reivindicar la creación de los prometidos hospitales independientes del Niño y de la Mujer que habían sido eliminados en una revisión del proyecto. Fue capaz de reunir alrededor de 60.000 firmas de apoyo entre los ciudadanos y de aglutinar a 36 colectivos entre los que se encuentra la Asociación Española de Pediatría. Lejos de desanimarse por la detención del plan de reforma, este colectivo ve una oportunidad única para trabajar en conseguir un proyecto consensuado, equilibrado y que beneficie a todos los grupos de población, sin discriminar a niños y mujeres. Este tiempo de crisis debe servir para materializarlo y que esté listo para su consecución en cuanto salgamos de ella. No estamos hablando de carreteras o puentes, sino de reformar un hospital que cumple 37 años, que debe seguir siendo referencia del buen hacer en Medicina, orgullo y tranquilidad de los cordobeses. Pero a su vez esta reforma debe priorizar los elementos más deteriorados, como ocurre con el Materno-Infantil, cada vez más comprimido y asfixiado por las ampliaciones de los servicios para adultos y que casi no dispone de luz natural, donde los niños hospitalizados se asoman a ventanas que sólo les muestran edificios y tapias, y que sigue precisando más espacio para que sus estructuras estén a la altura del nivel asistencial que ofrece, como sí disponen los hospitales para niños de Málaga, Sevilla o Granada. Recuerden además que algunas zonas destinadas a la atención de adultos como el edificio de consultas externas, quirófanos, UCI y hospitalización sí han sido creadas, ampliadas y reformadas, pero al Materno-Infantil solo le han llegado pequeñas transformaciones a raíz de que esta plataforma consiguiera que el Defensor del Pueblo Andaluz confirmara el deterioro de sus estructuras y propusiera remozarlas en tanto que se reubique el mismo. Debe además tenerse en cuenta que si el Materno-Infantil sigue siendo el último en acometerse, tal y como está previsto en el vigente proyecto, el retraso para niños y mujeres resultará escandaloso, ya que en principio estaba prevista su sustitución para el año 2016. Por ello, es necesario que en la revisión del proyecto el nuevo Materno-Infantil sea el primer edificio en construirse, materializando luego el resto de la reforma.
Es tiempo de crisis pero no es tiempo de bajar los brazos y esperar, sino de trabajar todos juntos (dirigentes, colectivos ciudadanos, profesionales y técnicos) para crear un proyecto de reforma moderno, funcional, práctico y duradero, donde todos, adultos y niños, sean beneficiados y para conseguir que el Reina Sofía siga siendo el centro hospitalario de referencia que es en la actualidad.
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