martes, 24 de mayo de 2011
El Día de Córdoba 16.05.2011 - La pica en flandes
De la megalomanía a la bicicleta
Francisco J. Domínguez
HACE cuatro años que comenzaba una campaña electoral muy distinta. Si la de hoy es plana y alimenta la polémica con rescoldos del pasado y con casos que deberían estar resueltos pero que no lo están por incompetencias varias, la de 2007 fue una campaña en la que primaban los proyectos que se vendían sin complejos. Hoy los partidos están temerosos de contar una película que pueda sonar a promesa imposible porque la situación económica del Ayuntamiento de la capital es dramática. Algo similar a lo que ocurre en Córdoba pasa en los municipios de la provincia. Hace cuatro años todo era megalomanía, metros cuadrados, millones de euros y oros repujados. Hoy sólo nos prometen empleo, competencia ésta cuya acometida municipal es complicada por no decir imposible. "Vamos a impulsar un millón de metros cuadrados de suelo industrial", decían en 2007. "Intentaremos atraer empresas que creen riqueza", dicen ahora.
El PP sabe que tiene una papeleta por delante si consigue gobernar después de estas municipales, por eso ya anda poniendo vendas a la herida y más que prometer iniciativas concretas afirma que tiene que ir piano piano ante el agujero financiero de las arcas municipales. El PSOE intenta aprovechar el tirón de sus gobiernos autonómico y nacional para presentar algo digerible e IU se ha metido en un batiburrillo de quieros y no puedo impresionante. Prometen paradas de tren de cercanías de un área metropolitana que no funciona y se meten en charcos de los que han huido durante el mandato, como el respaldo a No me quites mi hospital con la promesa de que Ocaña mediará si es alcalde. Pues vaya promesa: a falta de iniciativas, el alcalde dice que mediará en el algo de lo que apenas se ha pronunciado en los últimos años, sumiso a la Junta igual que antecesora.
De la megalomanía del pasado se ha pasado al realismo. Recuerden que hace cuatro años, también hace ocho, porque no se ha hecho nada, íbamos a tener el mejor recinto ferial, contaríamos con un gran palacio de congresos y nuestro aeropuerto iba a ser el punto clave para coger un low cost por lo mismo que cuesta invitar a unas copas en el Vial Norte. Todo ello estaba en los programas pero ya apenas se habla de ello. Seguimos en Ifeco y con múltiples problemas, el Palacio del Sur es un disparate financiero y el aeropuerto, más que para el aterrizar, serviría como embarcadero del río. Por eso las promesas, sobre todo las de aquellos que han gobernado, resbalan; por eso la campaña apenas tiene intensidad, por eso sólo nos cuentan historias de empleo sin empresas, de movilidad, de participación ciudadana, de aparcamientos y de carriles bici. Porque de la política del suelo: polígonos y viviendas; de eso, ya no queda nada. Solo nos queda administrar bien los escombros.
De la megalomanía a la bicicleta
Francisco J. Domínguez
HACE cuatro años que comenzaba una campaña electoral muy distinta. Si la de hoy es plana y alimenta la polémica con rescoldos del pasado y con casos que deberían estar resueltos pero que no lo están por incompetencias varias, la de 2007 fue una campaña en la que primaban los proyectos que se vendían sin complejos. Hoy los partidos están temerosos de contar una película que pueda sonar a promesa imposible porque la situación económica del Ayuntamiento de la capital es dramática. Algo similar a lo que ocurre en Córdoba pasa en los municipios de la provincia. Hace cuatro años todo era megalomanía, metros cuadrados, millones de euros y oros repujados. Hoy sólo nos prometen empleo, competencia ésta cuya acometida municipal es complicada por no decir imposible. "Vamos a impulsar un millón de metros cuadrados de suelo industrial", decían en 2007. "Intentaremos atraer empresas que creen riqueza", dicen ahora.
El PP sabe que tiene una papeleta por delante si consigue gobernar después de estas municipales, por eso ya anda poniendo vendas a la herida y más que prometer iniciativas concretas afirma que tiene que ir piano piano ante el agujero financiero de las arcas municipales. El PSOE intenta aprovechar el tirón de sus gobiernos autonómico y nacional para presentar algo digerible e IU se ha metido en un batiburrillo de quieros y no puedo impresionante. Prometen paradas de tren de cercanías de un área metropolitana que no funciona y se meten en charcos de los que han huido durante el mandato, como el respaldo a No me quites mi hospital con la promesa de que Ocaña mediará si es alcalde. Pues vaya promesa: a falta de iniciativas, el alcalde dice que mediará en el algo de lo que apenas se ha pronunciado en los últimos años, sumiso a la Junta igual que antecesora.
De la megalomanía del pasado se ha pasado al realismo. Recuerden que hace cuatro años, también hace ocho, porque no se ha hecho nada, íbamos a tener el mejor recinto ferial, contaríamos con un gran palacio de congresos y nuestro aeropuerto iba a ser el punto clave para coger un low cost por lo mismo que cuesta invitar a unas copas en el Vial Norte. Todo ello estaba en los programas pero ya apenas se habla de ello. Seguimos en Ifeco y con múltiples problemas, el Palacio del Sur es un disparate financiero y el aeropuerto, más que para el aterrizar, serviría como embarcadero del río. Por eso las promesas, sobre todo las de aquellos que han gobernado, resbalan; por eso la campaña apenas tiene intensidad, por eso sólo nos cuentan historias de empleo sin empresas, de movilidad, de participación ciudadana, de aparcamientos y de carriles bici. Porque de la política del suelo: polígonos y viviendas; de eso, ya no queda nada. Solo nos queda administrar bien los escombros.
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